Una Mexicana Que Fruta Vendía...
cálamo & alquimia® | @silviameave D on Filemón ha de tener alrededor de 80 años y su ahijado unos 60. Dijeron que eran jardineros y traían todos los implementos para el trabajo. La lluvia menudita no invitaba a hacer trabajos de jardinería en un día gris de Octubre, pero ellos dijeron que no tenían ningún problema para podar el árbol que está a la entrada de la casa de Quetita. Claro que no hay problema si la necesidad obliga a sacar dinero hasta de las piedras. Quetita llevaba varias semanas sin empleo, porque el gobierno cerró por decreto y sin decir "agua va" la empresa eléctrica donde ella laboraba desde hacía más de veinticinco años; pero preguntó a los hombres cuándo querían ganar por cortar nísperos. El árbol de la pequeña huerta familiar estaba hermoso y los pájaros habían encontrado su paraíso privado con tanta fruta madura en la copa. Después de un breve regateo, Quetita dejó a Don Filemón y su ahijado que inspeccionaran el árbol. Pidieron algunas canastas